Pues si, en esta vorágine de reciclar, crear y hacer cosas bonitas, para mí claro, un buen día decidí restaurar un bolso que me regaló mi padre hace ya...seguro que más de 30 años. Era un bonito bolso de cuero y pintado que compramos en un mercadillo en santa Bárbara.
Lo bueno del cuero es que con los años va tomando un color y una textura muy especiales, lo malo es que el dibujo desaparece. Así que aprovechando que mi marío me había regalado un precioso maletín de acrílicos y sin encomendarme ni a Dios ni al diablo, decidí repintar y lustrar mi bolso. Sorprendentemente el resultado es impactante:
Y ya puesta, tenía una cartera portadocumentos desde hace más de 40 años, AYYYYYY. Esta era de cuero natural y claro de tanto utilizarla tenía rasguños, rozaduras, etc. Así que decidí pintarla también. El resultado es curioso, no diría que bonito, pero si impactante. Téngase en cuenta que lo de pintar no es lo mío, yo solo pinto "amebas".
Del derecho |
Del revés, ¿o es al contrario? |
Queda demostrado que los acrílicos sirven para pintar en cualquier superficie, y también que yo me atrevo con todo, aunque no lo crea nadie la utilizaré....
Y la poesía de hoy:
Me desprecias porque quisieras ser como yo
y en vez de imitarme
destrozas el espejo.
Gloria Fuertes
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