Hace unos dos años por estas fechas, estaba dedicada a deshacer la casa de mi madre, de mis padres, de mis hermanos, mi casa.
Hacía unos meses, pocos, que mi madre había muerto y había que acabar con todo.Seguir viviendo sin ella, sin ellos.
Yo pasé mucho tiempo allí, meses, organizando qué vender, qué regalar, qué guardar...no era fácil. Sus pendientes, sus bolsos, sus trajes, su inmensa bisutería. Cosas que ella quería, que eran ella.
Al final quedaron cosas sin gran valor crematístico, qué palabra, pero con un gran valor sentimental, para mí que como digna hija de mi madre, adoro esas cosas.
Y me traje de todo, ya puestos...
Entre otras cosas sus bolsos de fiesta. Este era uno azul de seda que había perdido el broche y se despegaba por todas partes. Me daba pene se estaba desangrando. Así que lo curé con un poco de mercromina, alguna sutura y bonitas vendas.
He conseguido revivir el bolso, ya que no otra cosa puedo revivir. No se si lo utilizaré pero me encanta.
ESTAMPILLA Y JUGUETE
El relojito de dulce
se me deshace en la lumbre.
Reloj que señalaba
una constante mañana.
Azúcar, rosa y papel...
(¡Dios mío todo mi ayer!).
En la cresta de la llama.
(¡Señor todo mi mañana!).
Federico García Lorca
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